Los códigos de la peluquería, lugar de dominio y de obsesión femenina en su constante transformación de imagen -de acuerdo a modas impuestas cultural y socialmente- , son tomados como excusa para citar conceptos esenciales dentro de la historia del arte. Catálogos de peinados, cartas de color y letreros que promueven la estética, la belleza, el estilo, la imagen y la academia, se encuentran dispuestos en calles y vidrieras de locales de estética capilar; invitándonos por medio de llamativos iconos y tipografías a contemporaneizar nuestra apariencia.
El uso de estas palabras en el contexto de las peluquerías populares nos permite pensar en la pérdida de exclusividad para el arte. Su ofrecimiento ha sido desplazado hacia lugares de alcance masivo y uso cotidiano, o si se quiere, hacia el escenario de la baja cultura; puesto que abordarlos con rigidez y norma dentro del arte contemporáneo resulta resbaladizo. Mientras el salón de belleza ofrece estereotipos en la forma, el uso del color, el manejo del volumen; “la academia de arte” (si aún es posible referirse a ella en esos términos), preocupada única y obsesivamente de reproducir esquemas, se desarticula, requiere desenmarcarse y trabajar desde la interacción con otras fuentes, lenguajes y referencias.
Texto del muro de la sala de exposiciones
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1 comment:
Me parece fabulosa esta mirada.
Gracias, Leslie
Pink Panther
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